(c) 2011. Todos los textos publicados en este blog son propiedad intelectual de Anastasio Herminio González Sánchez.

sábado, 14 de enero de 2012

La rosa y el estiércol

En una primavera de un año cualquiera, y en un pueblecito donde vivían apaciblemente unas treinta personas, vivía Torcuato, su mujer Gumersinda y sus siete hijos, cuyos nombres voy a omitir para que no empañen la belleza del de sus progenitores.
Como digo era comienzos de la primavera, hacía un día radiante, los pajaritos alborotaban con sus trinos en los alrededores del pueblo, yendo de un lado para otro. Como un día cualquiera, Torcuato se disponía a arreglar a sus animales cuando de pronto oyó unos gritos que procedían del lugar donde guardaba la basura, con el ánimo de que luego le sirviese de abono para la huerta y el resto de sus tierras.
Se dirigió muy lentamente al estercolero y cuál no fue su sorpresa cuando se dio cuenta que los gritos los daba el estiércol increpando al capullo de una rosa que estaba de él como unos tres metros. Torcuato no podía creer lo que estaba oyendo, se escondió tras la leñera y se dispuso a oír lo que el capullo y el estiércol se decían en un tono muy acalorado.
- ¡Ya estoy harto de tu mal olor! - decía el capullo al estiércol. ¡Todos los días lo primero que respiro, quiera que no, es tu pestilente olor! No me dejas disfrutar tranquilo de los rayos del sol, del aire puro, del canto de las aves,... ¡Me tienes hasta el rabo de tus malos olores! ¿Por qué no te largas a otro sitio?
El pobre estiércol, herido en su sensibilidad, se puso a llorar; pero con sus lágrimas se fue ablandando más y más, de modo que por sus pies salía un caldillo de un tufo insoportable.
- ¡No llores, mamón! ¿No ves que si te reblandeces hueles aún peor? ¡Lo que tienes que hacer es largarte, y dejarme en paz!
El pobre estiércol dejó de llorar en seco, y como el sol ya apretaba, se fue secando lentamente; hundido por las palabras del capullo, se encerró en sí mismo, no sabía qué contestarle, al fin y al cabo él no era más que un montón de estiércol.
Con este último pensamiento se disponía a echar una cabezadilla. De pronto, Torcuato salió de su escondite, llevaba en la mano un buen palo y se dirigió con mala leche y como una flecha hacia donde estaba el capullo.
El estiércol que tenía un ojo cerrado y el otro abierto, se incorporó lo mejor que pudo, con los cinco sentidos en guardia para ver en qué terminaba aquello.
- ¿A qué viene tanto orgullo, capullo? - le dijo Torcuato. ¿No te da vergüenza tratar así a quien le debes tu vida y tu hermosura, criatura?
- ¡Pero qué dices tú, majadero! ¿Acaso es el estiércol mi padre, para que digas eso?
- Es tu padre y tu madre, pues de no ser por él, tú no estarías aquí, dándotelas de hermoso, y es más, cuando un día llegues a ser una rosa llena de fragancia, no olvides que si tú hueles bien es gracias a que éste huele mal.

- Pero, ¡qué dice este tío! - dijo el capullo a una rana que contemplaba la escena desde una charca próxima. ¡Éste delira!
La rana saltó de la charca y se puso muy cerca del capullo para que la oyera, quisiera o no.

- Escucha, ¡capullo! Eres un imbécil, toma nota de lo que voy a decirte: tú eres muy hermoso y yo soy asquerosa, eso es lo que piensas ¿no? Pues bien, aparentemente las cosas son así, pero si yo no fuera tan fea, tú no serías tan hermoso. Gracias a que somos diferentes, tú resaltas con tu hermosura. Pero la belleza no lo es todo, lo que cuenta es nuestro interior, nuestra esencia. ¿Qué importaría que el día de mañana te convirtieras en una hermosa flor, pero sin olor? Si los humanos te cuidan, te miman y te admiran, es por tu aroma. Tu hermosura, con cuatro días de calor, se marchita, pero tu fragancia sigue ahí; los humanos se sirven de ti para hacer colonias; para adornar sus casas o jardines, para consolar a los enfermos, incluso para acompañar a los muertos. Ya ves si eres importante, yo en cambio, como soy repugnante, lo más que puedo esperar de los humanos es una patada en el culo. Y, ¿qué culpa tengo yo de haber nacido rana? También yo soy útil, como insectos, y de ese modo mantengo el equilibrio natural; pero pocos me reconocen el derecho a vivir. Tú, sin embargo, por ser hermoso y oloroso, eres mimado y considerado por todos. Y, ¿de quién es el mérito? ¿Tuyo? La naturaleza te hizo así, como a mí me hizo así. Por tanto, ¿de qué presumes? Dios sabrá por qué nos hizo, y para qué nos hizo; a ti, por lo que yo veo, para adorno; a mí para que resalte tu belleza; el estiércol pestilente para darnos con su muerte la vida, pues sin él la vida se pararía.
- ¡Bien dicho! - dijo Torcuato.  A ver si se entera este capullo de una vez por todas de que todos somos necesarios y no mira a nadie por encima del hombro y con gesto de desprecio.
El capullo, que durante todo el tiempo había permanecido en silencio y cabizbajo, levantó un poco la cabeza y dijo:
- Queridos amigos, gracias por la lección que me habéis dado, yo no hacía otra cosa que mirarme al ombligo, no veía a nadie que no fuera a mí mismo y si los veía los consideraba como si fuesen basura. Perdóname, basura, por considerarte una basura, valga la redundancia. La lección que me habéis dado no la olvidaré en mi vida, y si algún día me transformo en una rosa de exquisita fragancia, gracias a vuestros cuidados, no olvidaré que os lo debo y cuando un ser humano me alabe por mi fragancia y belleza, les diré: no es mérito mío, se lo debo a Torcuato, al estiércol y a la rana.
- ¡Vaya! - dijo el estiércol -, no sabes cómo me alegra oírte hablar así, nunca es tarde para aprender.
- ¡Dame un abrazo! - le dijo el capullo.
- ¡No!, que huelo muy mal - respondió el estiércol.
- Nada de eso amigo, ahora ya no noto tu mal olor y, ¿sabes por qué? Porque sé lo necesario que eres; más que yo, al fin y al cabo, si yo soy y huelo bien, es porque tú hueles mal.

Moraleja:
Formamos una pirámide
y el que está alto no olvide
que si él está allá arriba
tocándose la barriga,
es porque hay gente debajo
haciendo el duro trabajo.

 




1 comentario:

  1. estos relatos los tendria que leer todo el mundo para que se aplicasen un poco el cuento. muchas felicidades y un saludo!!!

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